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Loreto Kemp: Mi Trayectoria, Desde el Sur Hacia el Futuro de Nuestro Distrito

Conoce a la Mujer Detrás de la Candidata: Una Historia de Lucha y Servicio

Soy Loreto Kemp. Mujer, mamá de tres, de la región de Los Lagos de toda la vida. Mi camino no viene de la política tradicional. Vengo de una familia que me enseñó el valor del trabajo y la libertad, y mi motivación nace directamente de la experiencia de vida. He sentido en carne propia lo que significa enfrentar desafíos cuando el Estado parece ausente.

Fue esa vivencia la que me impulsó a la acción ciudadana, llevándonos a un logro que hoy es una realidad: la Ley de Autismo. Esa lucha, que nació desde el sur y sin apellidos políticos, me demostró la inmensa fuerza que tenemos cuando nos unimos por una causa justa. Hoy, quiero llevar esa misma convicción y energía al Congreso, para seguir trabajando por las urgencias que nos afectan a todos en el Distrito 26. Mi historia es la de una luchadora que convierte los desafíos en soluciones concretas para nuestra gente.

De la Convicción Familiar a la Lucha Ciudadana

Mi historia personal está profundamente arraigada en el sur de Chile. Soy hija de una profesora normalista de Ancud, en Chiloé, que me enseñó que educar es abrir caminos. Mi familia es mitad chilota; aprendí temprano a moverme entre la ciudad y la ruralidad, entre la cordillera y los canales. Esta es mi casa.

De mi papá heredé la visión de un emprendedor que se atrevió a fundar Prodata cuando la tecnología era aún una novedad en Chile. De mi abuelo, Sigisfredo Kemp, cofundador del Club Aéreo de Osorno, aprendí que los sueños se construyen mirando lejos, pero con los pies firmes en la tierra. Esa mezcla de innovación y arraigo es la que ha marcado mi vida.

No soy una política de carrera. Mis motivaciones nacen de la vida real. Como muchas familias, enfrenté la ausencia de un Estado que no siempre llega a tiempo ni con las herramientas adecuadas. Fue la vivencia del autismo en mi propia familia la que encendió la chispa de una lucha que parecía imposible y terminó convirtiéndose en una ley. La Ley de Autismo es un testimonio de lo que podemos lograr cuando nos organizamos desde la sociedad civil, con convicción y sin necesidad de apellidos políticos.

Esa experiencia me dejó una convicción profunda: la política debe estar al servicio de las personas, de sus problemas reales y de sus anhelos más legítimos. Hoy quiero poner esa fuerza al servicio del Distrito 26, trabajando por lo que escucho cada día en nuestras comunas:

  • Salud mental para niños y jóvenes, porque queremos vidas plenas, no generaciones perdidas.

  • Apoyo y dignificación a quienes cuidan, porque sostienen la vida de muchos en silencio.

  • Seguridad en nuestras calles y barrios, para que volvamos a vivir tranquilos.

  • Educación de calidad y con libertad, porque cada niño merece oportunidades reales.

  • Impulso a la economía local y al emprendimiento, porque en el sur sabemos trabajar duro, pero necesitamos que el Estado habilite en vez de poner trabas.

Estos temas quizás no caben en una simple consigna electoral, pero sí en la historia de una mujer que ha demostrado que los problemas pueden transformarse en soluciones. Quiero ser la voz de un Distrito 26 que no se rinde y que merece un futuro mejor.