Queridos vecinos y vecinas del Distrito 26, hoy quiero hablarles de algo que nos toca a todos profundamente: la educación. Como madre, y como ciudadana que ha visto de cerca las necesidades de nuestra gente, sé que la educación no es solo un derecho, sino la llave maestra para abrir las puertas del futuro. No es una consigna política para mí; es una convicción que nace de la esperanza que tenemos en nuestros hijos y de la necesidad de que cada uno de ellos, sin importar su condición, pueda alcanzar su máximo potencial.
Cuando miro a mis propios hijos y pienso en la educación que quiero para ellos, pienso en libertad. Libertad para elegir el proyecto educativo que mejor se adapte a sus talentos y necesidades. Y es esa misma libertad la que quiero para cada familia de Ancud, Calbuco, Castro, y cada rincón de nuestro vasto y diverso distrito. Mi propuesta es clara: necesitamos una educación con libertad real de elegir. Esto significa que las escuelas no deben ser todas iguales, sino que deben tener la autonomía para desarrollar proyectos educativos distintos, innovadores, que valoren las particularidades de cada comunidad y de cada estudiante. No podemos seguir con un modelo que estandariza y limita la diversidad de talentos.
He escuchado, como muchos de ustedes, las frustraciones con los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP). Es inaceptable que los recursos no lleguen a tiempo o que la gestión sea deficiente. Mis hijos, los suyos, merecen un sistema que funcione, que garantice la calidad y que entregue las herramientas necesarias. Por eso, mi compromiso es trabajar incansablemente para que los SLEP cumplan su verdadero propósito: apoyar a los establecimientos educativos, no entorpecerlos. Que cada peso destinado a la educación llegue realmente a las salas de clases, a los profesores, a los materiales y a la infraestructura que nuestros niños y jóvenes necesitan desesperadamente.
Pero la educación no comienza en la básica. Para mí, la educación parvularia es la base fundamental de todo el sistema. Es en esos primeros años donde se cimientan las habilidades sociales, cognitivas y emocionales que acompañarán a nuestros hijos toda la vida. Por eso, vamos a fortalecer la educación parvularia, garantizando acceso y calidad para todos, para que ningún niño de nuestro distrito se quede atrás desde el inicio. Es una inversión temprana que rinde frutos para toda la sociedad.
También quiero poner fin a los incentivos perversos ligados a la asistencia. ¿Cuántas veces hemos visto que se prioriza la presencia física sobre el aprendizaje real o que se ignora la realidad de muchas familias que no pueden enviar a sus hijos por diversas razones? Necesitamos un sistema que valore el desarrollo integral, no solo las métricas burocráticas. Propongo un enfoque que premie la calidad pedagógica, la innovación y el apoyo socioemocional, y que no penalice a quienes enfrentan dificultades legítimas.
Y hablemos de la educación superior. Es un sueño para muchos, pero una barrera infranqueable para demasiados. Mi meta es abrir el acceso a la educación superior para todos. Esto incluye, de manera crucial, a quienes tienen discapacidad o son neurodivergentes. Como saben, la lucha por la Ley de Autismo me ha enseñado el valor inmenso de la inclusión. La universidad no puede ser un espacio exclusivo; debe ser un faro de oportunidades para todos los talentos de nuestro distrito. Implementaremos políticas que aseguren adaptaciones, acompañamiento y recursos para que nadie se quede sin la posibilidad de estudiar lo que ama y construir su futuro profesional.
Quiero ser enfática: el futuro de nuestro distrito, de Chaitén a Puerto Montt, de Maullín a Palena, depende de la educación que brindemos hoy. Es una tarea que no admite dilaciones ni medias tintas. Es el momento de escuchar a los profesores, a los padres, a los estudiantes. Es el momento de poner al centro la dignidad de cada niño y joven.
Mi compromiso es luchar por una educación que realmente libere, que prepare para los desafíos del mañana, que sea inclusiva y que respete la diversidad de talentos de nuestra región. Cuento con ustedes para construir juntos este camino. Porque la educación de nuestros hijos es la base de la sociedad que soñamos.
Con cariño y convicción,
Loreto Kemp
Candidata a Diputada Distrito 26